Psicologo UBA

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miércoles, 9 de julio de 2008



Clarín, 13 de junio de 2005.-
SALUD : UNA POLEMICA HERRAMIENTA QUE VUELVE A TENER PROTAGONISMO
Los científicos aseguran que la hipnosis también cura
En Estados Unidos, la medicina la usa en el tratamiento de patologías tan diversas como disfunciones sexuales, fobias, ataques de pánico y reuma. Acá da buenos resultados contra la bulimia y la anorexia.
Georgina Elustondo.
Huele a misterio. A cosa rara... Su zigzagueante recorrido a lo largo de la historia la ha llevado a tutearse, con idéntica afinidad, con personajes de lo más contradictorios: desde científicos e intelectuales de renombre internacional hasta fanáticos de lo esotérico, curanderos de dudosa fama y controvertidos defensores de la teoría de la reencarnación. Sin embargo, la hipnosis camina los primeros pasos del tercer milenio con un status distinto —y hasta inédito—: la ciencia reflotó su valor terapéutico y la medicina la incorporó en el tratamiento de patologías tan diversas como trastornos de alimentación, jaquecas y ataques de pánico, entre otras."Hace veinte años analizarse era un valor en sí mismo, pero la gente ya no quiere hacer tratamientos largos, necesita resolver problemas con mayor rapidez. Y es en este punto donde la hipnosis ayuda, porque acelera el proceso de insight del paciente, en tanto facilita el acceso a sectores de la mente que resultan inaccesibles en vigilia. Es una herramienta que permite focalizar la terapia en el problema que uno quiere resolver", dice el psicoanalista Horacio Losinno, quien presentará el tema en el IV Congreso Mundial de Psicoterapia, que se realizará en agosto en Buenos Aires.¿Para qué casos se indica? "Para problemas muy diversos. Funciona muy bien con todos los males psicosomáticos y es muy eficaz para tratar casos de bulimia y anorexia. También se usa con mucho éxito en el ámbito de los cuidados paliativos en pacientes terminales, para aliviar el dolor", dice Losinno, al frente de un curso sobre el tema que se dictará en el Hospital de Clínicas.
El auge de la hipnosis en el Primer Mundo es tal que la Clínica Mayo acaba de publicar un relevamiento sobre su aplicación en Estados Unidos. El mismo reúne 144 papers de profesionales de todo el país y concluye que "hay importantes evidencias sobre el uso exitoso de la hipnosis en el tratamiento de numerosas patologías", como disfunciones sexuales, fobias, alergias, jaquecas, asma, reuma, obesidad, hipertensión, dermatología, gastroenterología, hematología, obstetricia y urología. "La aceptación de la hipnosis está creciendo en base a serios trabajos empíricos que así lo demuestran", asegura. Entre los ejemplos, destaca un estudio sobre pacientes con asma que, gracias al tratamiento con hipnosis, redujeron notablemente el uso de broncodilatadores y tuvieron menos episodios severos. Y también comenta diversas investigaciones sobre trastornos de sexualidad, que lograron mejoras de hasta un 80% con técnicas de sugestión."La utilización de la hipnosis para calmar el dolor arrastra tantos siglos como acumula el hombre sobre la Tierra", asegura el doctor en psicología clínica Carlos Malvezzi Taboada. "El instinto terapéutico del ser humano hizo que la palabra fuera una herramienta para aliviar los padecimientos físicos desde hace miles de años. Y eso es la hipnosis: una modalidad terapéutica basada en la palabra, que permite optimizar los recursos que todos tenemos, pero a los cuales no podemos acceder de otra manera que en situación de trance." Hace unos treinta años que Malvezzi Taboada trabaja con hipnosis; por eso hoy celebra el respeto que la misma está ganando en los ámbitos académicos y científicos: "Cada vez más médicos vienen a formarse en hipnosis. Ya han pasado unos 2.000 profesionales por nuestros cursos y, actualmente, dos de los principales gastroenterólogos del país están aprendiendo la técnica para tratar colon irritable, porque los resultados son buenísimos", sostiene el psicólogo. Diversos estudios han demostrado que las personas sumidas en trance hipnótico presentan un grado elevado de insensibilidad al dolor. "Los pacientes que sólo permiten que los llevemos a un grado de profundidad leve logran apenas una mayor tolerancia al dolor que en la vigilia, pero si el hipnotizador es competente esa tolerancia puede aumentar hasta un 40%", dice Losinno.Muchas historias y fantasías se han tejido en torno a la hipnosis. ¿Quién no ha visto esos espectáculos donde alguien es ridiculizado y obligado a hacer cosas vergonzosas, para luego ser despertado en un gran estado de confusión? Pues bien: los especialistas aseguran que la hipnosis clínica —bautizada así para enfatizar su uso por parte de profesionales de la salud— nada tiene que ver con esas exhibiciones.
"La hipnosis es un método seguro, que le permite al paciente desarrollar conductas que benefician su salud y lo ayudan a controlar el dolor. En trastornos de ansiedad y angustia, en disfunciones sexuales y en ataques de pánico hay resultados inmediatos", asegura Malvezzi Taboada.En muchos casos, la hipnosis funciona como complemento de tratamientos convencionales, sobre todo en el caso de las patologías orgánicas. "Es peligroso tapar el dolor cuando no se sabe de dónde viene; el diagnóstico médico debe ser claro antes de empezar", advierte Losinno. "No hay que perder de vista que no es magia, no es una panacea. Es sólo un buen bisturí, un instrumento muy valioso que favorece un estado de lucidez que no se logra en vigilia y que puede resultar muy beneficioso para resolver algunos problemas." Nada más, nada menos.

Clarín, 13 de junio de 2005.-
SALUD : PARA DESPEJAR DUDAS

El legendario arte de hipnotizar, una técnica sencilla y milenaria
¿Qué sucede con una persona cuando se la hipnotiza? ¿Es una técnica sencilla? ¿Deja secuelas? ¿El paciente se acuerda de lo que pasó o no recuerda absolutamente nada? Las dudas e inquietudes que despierta la hipnosis son inagotables. "No hay demasiado misterio —simplifica Horacio Losinno—. Hipnotizar a un paciente es hacerlo entrar en trance. Es decir, en un estado especial de conciencia. Su mente se disocia; está como en un sueño, pero, a la vez, nunca deja de tener claro que está en un consultorio charlando con un profesional", dice. Y va más allá, desterrando algunos mitos: "Hipnotizar es facilísimo. Es una técnica que se puede aprender en unas cuantas horas." Por el lado del paciente la cosa no se complica demasiado. "Si está dispuesto, si no tiene demasiado miedo y si tiene ganas, en pocos minutos puede entrar en trance", asegura. El trance hipnótico es un estado especial de conciencia que favorece una serie de cambios, entre los que se destaca un cierto control de las funciones gobernadas por el sistema nervioso autónomo. Según los especialistas, hay muchas maneras de inducir el trance, pero la forma más sencilla consiste en pedirle al paciente que fije la mirada en un punto o en los ojos del terapeuta, mientras éste le habla, en forma monótona, apelando a diversas sugestiones.Aclaremos: hipnotizado no quiere decir dormido. Muy por el contrario, la persona hipnotizada está más despierta y receptiva que en vigilia. "Es un estado de gran concentración. La persona sabe quién es y qué está haciendo, pero deja de lado los mecanismos de defensa de la vigilia", explica el doctor Malvezzi Taboada, quien aclara que no se usa ningún psicofármaco para estimular el trance. Todas las personas pueden ser hipnotizadas a partir de los 6 años, incluso aquellas que han sido refractarias a otras terapias. Los tratamientos oscilan entre un mes y seis meses, y el costo de la sesión arranca en los 80 pesos, y puede llegar a 200.

SALUD : PARA DESPEJAR DUDAS
Ni magia ni superpoderes
Uno de los grandes temores de quienes deciden someterse a un tratamiento con hipnosis es la idea de una subordinación a un poder absoluto, el fantasma de estar totalmente "sometido" a la voluntad de otro. "No es así —desmitifica Horacio Losinno—. El paciente no está a merced de mí y yo no puedo hacer nada que él no quiera. Es más: cuando se despierta, él se acuerda de todo lo que vio mientras estuvo en trance, y hasta puede decidir no contármelo. Por eso la confianza es fundamental: si hay demasiado temor, el tratamiento no sirve", asegura. El doctor Malvezzi Taboada también despeja los temores respecto de la hipnosis. "Es muy poco peligrosa. Hay mucho mito. Lo peor que puede pasar es nada", asegura. "La gente cree que tenemos poderes en nuestras manos, que somos especiales, y no es así. Una persona puede entrar en trance con el mejor de los psicólogos o con un grabador", subraya. "Es importante dejar claro que uno hace hasta donde el paciente quiere y deja hacer. Nadie lo puede obligar a nada mientras está en trance", dice Malvezzi Taboada, y desliza un ejemplo que despeja todas las dudas: "Si quienes hipnotizamos tuviéramos tanto poder sobre el paciente, podríamos juntarnos un grupo de profesionales que dominemos la técnica e ir a una cárcel y convertir, en un par de tardes, a todos los detenidos en personas honorables; algo imposible."Otro temor recurrente es la posibilidad de enterarse de cosas que uno preferiría no saber y, al despertar, quedar expuesto a niveles de angustia intolerables. "No hay que temer, porque la hipnosis no levanta represiones profundas, pero en este punto es clave la responsabilidad del profesional. La hipnosis, como cualquier otro procedimiento terapéutico, es peligrosa en malas manos", dice Losinno. Según las normas argentinas, sólo pueden ejercer la hipnosis los médicos, odontólogos y psicólogos. Pero no hay controles y la técnica es sencilla: el cuidado tiene que partir de uno mismo.